conducir efectos del alcohol

¿Qué Efectos tiene el alcohol para la conducción?

A continuación, exploramos con mayor profundidad en los efectos del alcohol en la conducción. Muchos de estos efectos dependen de la constitución, peso, sexo y cantidad de alcohol que se haya ingerido, sin embargo, los efectos existen y, la mayoría de casos, impiden una conducción que sea considerada segura para el conductor y para el resto de personas que están en la carretera.conducir efectos del alcohol

Los efectos son muy variados. Pondremos especial atención en aquellos que implican un problema para conducir y obviaremos los que no.

  • Somnolencia;
  • Reducción de reflejos;
  • Pérdida del equilibrio;
  • Pérdida de oído;
  • Alteración de la capacidad del habla;
  • Pérdida de memoria;
  • Desorientación;
  • Torpeza de movimientos;
  • Sobredimensión de las capacidades propias;
  • Limitación para responder ante peligros inesperados;
  • Estrechamiento de la visión y deslumbramiento;
  • Intensificación de la agresividad y el descontrol.

No subestimes el alcohol. Produce multitud de efectos sobre nuestro cuerpo que no podemos evitar, produciendo muchos accidentes y sometiendo al resto de conductores a un peligro que se podría evitar.

El alcoholismo es considerado como la adicción al alcohol (etanol) que se encuentra contenido en las bebidas alcohólicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce al alcoholismo como una enfermedad y la define como: trastornos mentales y de conducta en relación con el uso de alcohol.

El alcohol es una sustancia psicoactiva, razón por la cual genera dependencia, pero también es una sustancia tóxica capaz de producir efectos adversos en la salud.

La pérdida de control con respecto a la ingesta de alcohol generalmente va acompañada por tres aspectos principales: la dependencia física, caracterizada por el llamado “síndrome de abstinencia”, la dependencia psicológica, y la tolerancia (la necesidad de dosis más altas para lograr el mismo efecto). El alcoholismo es considerado como enfermedad precisamente por dicha dependencia, lo que se explica por su carácter adictivo, mismo que genera un uso inadecuado de la sustancia que causa angustia o disfunción.

El alcoholismo se puede clasificar en dos tipos:

  • Alcoholismo agudo: Se caracteriza por el consumo ocasional, de manera más o menos intensa.
  • Alcoholismo crónico: Se caracteriza por el consumo repetido (diariamente) y que por lo general va más allá de los límites de la toxicidad.

Si bien es cierto las causas que llevan a una persona a padecer del alcoholismo son diversas, el consumo excesivo de alcohol y la instalación de una adicción es, en la mayoría de los casos, facilitado por factores psicológicos que predisponen a iniciar y mantener el comportamiento del consumidor. Las representaciones cognitivas del alcohol como un símbolo de convivencia, placer e incluso virilidad son también factores que llevan a continuar el consumo del alcohol.

Los factores psicosociales también pueden ejercer una influencia significativa como el aislamiento o la soledad, el desempleo, la violencia doméstica, factores todos que cuando deciden ser enfrentados con una bebida alcohólica podría derivar en una dependencia mental y física y por ende en alcoholismo.

Dentro de las características que distinguen a las personas que se encuentran inmersas en el alcoholismo se incluyen uno o más trastornos de ansiedad, déficit en la capacidad para manejar el estrés y la ansiedad, depresión, déficit en habilidades de comunicación con los demás (el consumo puede ser amplificado por dificultades para rechazar la presión de beber o frustraciones relacionadas con conflictos interpersonales) y la intolerancia a la frustración. En menor medida, también hay un trastorno de la personalidad (límite de la personalidad, en particular, pero también antisocial, dependiente, esquizoide histriónico), trastornos de la percepción y la expresión emocional (alexitimia) y un estado psicótico (esquizofrenia).

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